29.6.17

Mis demonios se llaman barco

Le llamas a la mediocridad, casa, y a la cobardía, sofá

Que tu empleo es tu bandera y tu ego un disfraz

Sé que estás triste y que usas un chaleco con muchas bolsitas

Para guardar todo aquello que no alcanzas a procesar

Es demasiado para ti el amor

Es demasiado la felicidad sin un dios

Es demasiado un libro que no te cura

Es demasiado un cuerpo que te libera

Sé que prefieres huir a lanzarte

Que te inspira más la duda a la experiencia

Que conociste a Circe por accidente

Y le escribes poemas diciéndole a Penélope que son para ella

No eres Ulises y no aceptas la mar ni a las sirenas

Pero sí un vaso con agua al que nombras hogar

En tu mediocridad, o sea en tu casa

Sé que sollozas bajo tu soledad a la que llamas regadera

Sollozas bajo el agua de tu lamento

Lamentas no saber escapar de tus prejuicios

Pero no todos nacimos para gimotear sobre un sofá

No todos nos recostamos en la cobardía a ver la tele

Te escondes tras de un lente para no ser visto

Y si te ven, sientes el disparo por la espalda

Es una traición que tus ojos sean aprehendidos por otros ojos

Es un horror que tu lente me haya sacado de cuadro

No te apures, marinero de agua tibia, yo soy capitán

Mis demonios se llaman barco surcan acertijos sobre mar abierto

Navegué una sola vez por tu pecho al que llamas escondite

Recuerdo la turbulencia y la calma como si fueran cualquier día y noche

Temes quedarte en el barco, temes recordar cómo se nada

Prefieres remojar tu timidez bajo la soledad de tu regadera

Hacerte chiquito y sentarte a fumar sobre tu cobardía

Te engrandeces con el zoom de un lente que captura la belleza ajena

Pequeño, mediocre, discúlpame

Toma un vaso con agua para que naufragues en la costa del vidrio


Te bajaré de mi barco y te regresaré a tu hogar. 


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