3.7.12

Una idea para utilizar un martillo



Primero aférrese a una idea que desee compartir. 


Después busque coronillas que parezcan molleras para que la penetración de la idea sea más sencilla, aunque también en cráneos maduros funciona. 


Consiga un martillo.

Centre la idea con los dedos índice y pulgar de la mano izquierda en un punto de la cabeza,  con la mano derecha sostenga su martillo y golpeé con fuerza la idea para que se encaje en el cerebro (si usted es zurdo, tome la idea con la mano derecha y el martillo con la izquierda, será igual de eficiente si aplica las mismas ganas de influenciar al prójimo).

La primera reacción del individuo será de rechazo, dolor y enojo; es normal. Que esto no detenga su martilleo insistente.

Continúe constante y con precisión, el individuo poco a poco aflojará el cuerpo, dejará de estar renuente y la idea se irá albergando con armonía en la mente como si encontrara un área de confort en la que se acomoda como en un sofá.

Aunque usted crea que la idea ya está integrada al cráneo, podría salirse a la primera provocación que quisiera interponerse, es por ello que debe seguir utilizando el martillo hasta asegurarse de que la idea se ha clavado hasta no dejar ni la punta visible.

Cuando esto se haya logrado, deje de martillear: es momento de colocar un parche sobre la herida que ha dejado la idea. Este parche evitará que la idea sea expulsada del cuerpo y a su vez cicatrice con una encarnación armoniosa.

Le aseguramos que el individuo no recordará lo que le pasó una vez que el parche haya terminado su función: el individuo en vez de enojarse con usted por el dolor y trastornos causados a su cabeza, le estará agradecido por sanarle la herida.

Repita la operación con cuanta persona conozca, pero no pierda tiempo ya que las televisoras  tienen taladros masivos con parches más eficientes llamados publicidad y no queremos que su manipulación llegue antes que la nuestra y haga que nuestros martillos aparenten ser obsoletos.

.

No hay comentarios:

Publicar un comentario