I
No
estoy vacía:
Cargo
con un ramo de aromas
Belleza
transparente
Naturaleza
viva
Sostenida
por telarañas de incienso
Y una estola de suspiros aéreos
Inhalo
el rostro del espacio
Cunden
las gardenias
Me
colmo el cuerpo de polen
Manto
que brota en la garganta
Porque
respiro no estoy vacía
Tengo
un jardín en los pulmones
Donde
pasea el desquicio
Para
calmar las sombras
II
Esta
es una belleza que no pretende ser de mármol
Es
más una mariposa que nunca fue oruga
Que
al paso rasga su sombra contra las piedras
Para
extirparse el túnel
Despintarse
Sacar
la oruga de la entraña
La
tristeza atrapada en sus alas
Una
belleza que desea arrastrarse
Pero
inasible
sigue
volando
III
No
digas que el cielo se ha desmejorado
Sólo
porque es otoño
No
creas que la gente es cruel
Sólo
por las cabezas colgando del puente
No
todo está perdido
Estás
aquí más presente que muerto
No
pienses que te olvidé;
Sólo
intento que no duela
No
comas ansias
Come
de mí
Que
estoy como kiwi verde
Tan
ácida
Que
te fundiría la somnolencia
IV
Más
incierto que mi sombra en la noche
Más
obscuro que un párpado
Más
inmune
Más
feroz
+
Todo
esto que no soy
Es
igual
a
mi afán
De
borrarte
Que
es un afán
Mucho
más obsoleto
Que
el de echarte de menos
V
Tiembla
Otra
hoja
En
la ventana:
Ha
fallecido en el aire
La
ventisca toma por los hombros al naranjo
Lo
sacude preguntando
¿Qué
soy?
¿Puedes
sentir mis manos?
Pero
el naranjo
Que
nunca ha mirado al viento, lo abraza
Se
erotizan, se fusionan
Son
los amorosos
Invisibles
Los
aromas que guardo en este ramo
En
este espacio que sostengo
Me
sostiene y desborda preguntas
Como
zarzamoras
En
una enredadera de púas
Con
esencia a flor de azahar
VI
Qué
hace el vino
Que
cuando lo bebo te borras
Que
al derramarlo, apareces
Ofuscado
y difuso
Qué
te hace el vino
Que
yo no te haya hecho
Para
volverte una bestia escarlata
Desbocarte
como río de sangre y lava
Yo
también te he enrojecido los labios
Te
doy más vértigo que la razón
Pero
no me tomas con furia
Qué
te hace el vino que a mí no
Qué
te hace para que tú
Lo
prefieras
A
él
O
al whisky y el opio
Qué
te hacen todos ellos
Qué
te hacen
Que
yo no
Siento
Nada
VII
Hay
que cargarse completo a uno mismo
Tejerse
la sombra propia a la bastilla
Avanzar
y no mirarla crecer
Sólo
arrastrarla
Como
a una muñeca de trapo
Que
se mojen sus ojos
Contra
los charcos tibios
Que
disuelva el sendero
Reinventando
universos con el lodo
Arrancarse
los ataúdes que habitan en las costras
Sacudirse
al muerto
Avanzar
y crear
Reinventar
y simplemente largarse
Tras
los irremediables pasos
De
la incertidumbre
Del
azar.
.
.
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