Hemos tumbado nuestros
ojos en la mesa
Como si en ese mantel
En sus nubes estampadas
Estuviera la respuesta
Al hambre y al hastío
Que se acumula entre las uñas
Ya no somos un par de alfiles
Héroes
O reyes conquistados
Hemos quemado el barco y el tablero de ajedrez
Los libreros y la cama
Para darle calor
A este diminuto cubo de hielo
Al que nos empeñamos en llamar hogar
Estamos en una isla
techada
Que tuvo constitución propia
Nuestros diez mandamientos
Cadena de preceptos
Notas musicales sin pentagrama
Que desordenamos
Y volaron
Hemos matado este
pasado
Hemos roto las
astillas
Compramos un vacío que no acabamos de pagar
Y nos llena la palabra de huecos
Hemos fundido tu
máscara con la mía
Ya no vestimos un disfraz sociable
Tristeza es la piyama
que usamos por las noches
La piyama azul-cielo absorto
No tenemos más remedio
Que buscar a obscuras
La mano del otro
La mano del otro
Doblar los sueños
Guardar los ojos
No salir
Perderse dentro
Para no observar el tiempo
No tenemos más
Remedio
En esta isla azul
Que estar
Juntos.
Juntos.
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