Aún vive el sol entre las piernas del cosmos
La marcha organizada de un meteoro
se alinea a tu partida
La que huia era yo
sobrevolando las cordilleras de los cuerpos efímeros
En los arrecifes de amores hundidos, buceo
Miro un pez a los ojos, que contiene más emoción que tu mirada al dejarme
Al tacto, la piel amada es arena suave
Tocarte con vehemencia para someter tu erección al servicio hedonista de un recuerdo
Retiras tus apuestas sólo porque no quise jugar contigo al azar
Eres un mal perdedor
que se pierde en mí,
se pierde de mí,
se pierde y pierde
la noción de la cordura
lanzando flechas indirectas que traspasan venados y ballenas y algunos roedores
No soy un animal, apenas y llego a musgo
Trepo los muros para que tu verbo no me alcance
Pero florecí en tu rostro e hice enredadera entre el verde y rojo de tus ojos
Ojalá que esto sea el karma;
será mejor servirlo tibio antes de que la luna nos caiga encima y descubra que sí era para tanto.
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