Terror es abandonar la ambigüedad y revolcarse en una sola tierra
Podar los jardines doctos y sembrar calumnias
De pronto las promesas son jilgueros exiliados fuera de su jaula
Y migran despechados
Silbando afirmaciones con melodía de patraña
Ahora son propiedad del intruso viento, de quien tomó el camino
Bifurcado por turbulencias de un sí o un no que la lengua retiene
y congela
Hasta que elige el No
que al pronunciarlo se esconde en un cajón
Se ensimisma y se repite monótonamente
Como si la N pudiera tapar la S y la o la i
Y estando dentro de una negativa con cerrojo se descansara mejor
Ideas de un léxico que juega a no escucharse
A quedarse escondido tras unas rocas de sarcasmo
La impresión original doblarla en origami y echarla a volar
Entre decenas de discursos maleables
Al mar del desaliento mudo
Una corriente pasa, trae mi respuesta
Se la come la tarde
El sol al ponerse le quema el verbo
Y quedo en brazas, como la reputación de la media noche